Es ilógico pensar que podemos crear una historia basándonos en los
leves hechos previos que vivimos en su momento. Fueron horas, no años;
minutos, no días; segundos... segundos.
Te abracé porque lo sentía, te miré porque lo necesitaba... te admiré, como suelo hacerlo.
Podría
describirte cada segundo - de los tantos pocos - que pasamos juntos.
Traté de pensar, de contenerme, de mantener la compostura de aquella
niña que conociste, pero no se puede, no cuando te tengo frente a mí,
interesado en lo que soy.
Pasa el tiempo y extraño, extraño lo que
podemos ser y no somos, lo que podemos construir y aún no lo decidimos.
Y me huyes, y te me escapas. Pero te veo y aún muestras ciertos roces
que me hacen sentir temblores internos. Y con tu frialdad mato el
impulso. Y con tu interés, vuelve a nacer.
¡Qué complicado esto de quererte cuando en verdad no estoy segura de quererlo!
Pero crearé mi historia llena de imaginarios. Ojalá algún día te decidas a conocer cómo son.
No hay comentarios:
Publicar un comentario