7.8.13

... pero así es ella

Describirse es como echarse flores en una  cama llena de estiércol, pues así somos: humanos que juegan a poner la perfección encima de lo peor de ellos. Por eso decido hablar de ella, como si fuera otra… y es que ella es así…

Ella canta con voz de lata cuando nadie la escucha e inventa pasos de niña que ni suele acordarse en qué momento surgieron, ni con qué canción. Calla, a veces, cuando no tiene ganas más que de gritar porque suele desesperarse ante las situaciones que no controla. Se inventa palabras, tantas como sus personajes inconclusos que se llevan siempre sus características buenas o no tan agradables. Mantiene secretos que revela sólo a su techo y desea, a veces, morderse la lengua para infectarse con su propio veneno.

Ella mira, escucha y aprende, pero no quiere aprender tanto para dejar que algunas cosas aún logren sorprenderla. Cree en la gente, pero la aparta cuando no puede convencerlas. Esa gente que le dijo alguna vez que era inteligente, así que optó por olvidarlo y empezó a decir estupideces.

Su título dice “redactora creativa” donde redacta inventos y crea escritos. Se apasiona y vive. Vive tal vez porque su corazón late o porque en cada cosa encuentra alguna razón para vivir. No entiende de pretextos, pero está lleno de ellos, pretextos que van tomando formas abstractas cada vez que escribe sobre alguno. Divaga siempre entre los colores de su mente que permanecen siendo siempre gamas de gris.

Manipula con una sonrisa o con sus lágrimas. Dice verdades hirientes. Dice “te amo” cuando ama, pero ella ama a todo el mundo… y cuando deja de amarlos, desaparece.

Ella es miles.
Una guerrera cobarde que lucha contra el mundo, pero es incapaz de mirar los esqueletos que esconde en su armario.
Una niña que intenta volar cuando sabe que sus alas están hechas de piedra.
Una mujer que intenta dormir pero, cuando tiene sueño, no se acuesta en una cama.
Una prostituta que no abre las piernas por dinero, ni por diversión.
Una mujer, a veces, con bolas.

Ella vive en un teatro. Ella no es una, es miles; por eso escribe… porque es la única manera en las que todas se expresan sin formar un escándalo en su habitación. Ustedes elijan a cuál quieren conocer, sin dejar a las demás detrás.

Todas son importantes, pero no tanto como para amar a cada una.

... pero es mi escenario

Está en esa esquina oscura de su mente, donde las estrellas fugaces ya han cumplido los deseos de otros y los medicamentos para el insomnio no surten efecto. De repente sale, desde las sombras, una luz ensordecedora que se multiplica mientras se oye el aumento de palabras y voces.

Se reúnen ahí, cada noche, intentando convencerla de que escriba. 

Ella no quiere. 
No puede. 
Quiere callarlas, que no estén más. 

Van aumentando las luces, las voces empiezan a decir palabras que salen de su propia boca, pero ¿cómo lo logran?. “¡Ya cállense!” dice, aún temerosa de lo que pueden hacerle. No las ve. No están ahí… pero las conoce y sabe que la invaden. Intenta que sus manos no se conviertan en sus juegos. Intenta ocuparlas en algo diferente. Pero sus impulsos y ellas… tiene que detenerlas.

Entonces se sienta, a media luz, con la cabeza hecha un enredo de diálogos y, tronándose los dedos antes de empezar, posa sus manos sobre las frías e indiferentes teclas. Y es ese lugar, ese momento en que se rinde, dejándose llevar y  a veces, sólo a veces, brota de sus manos algo que ha merecido la pena escribir.

Este lugar es lo que ella nunca quiso que se convierta: la voz de ellas.

... (sin título)

El mejor constructor del mundo será quien reconstruya un corazón roto... y lo haga volver a funcionar.

... pero aún te espero

Vivo de locuras, de recuerdos, de momentos que nunca vivimos y los inventé.

Vivo con una boca amarga, llena de besos que nunca te di.

Aún me queman tus ojos, aún me cantan tus manos. 

Aún veo alas en tus pies.

Aún estoy tratando de aprender cómo irme.