6.3.15

Hago una demanda desde mi silla de ruedas

¿Qué pasó? Que me cansé ¡Me cansé!

Y permíteme hacerte el preámbulo para contarte la razón... Estoy en una silla de ruedas PERMANENTE y, día a día, me topo con la ineptitud de tanta gente que no solo me saca de mis casillas sino que me toca comportarme como una idiota malcriada. 

Entonces, así va mi historia: Voy a tomarme unos tragos a Sports Planet de San Marino en Guayaquil, paso riéndome y disfrutando de un buen momento cuando, de repente, me entran ganas de ir al baño. Me acerco a donde se supone que los encontraría y leo un cartel que me pide disculpas por la remodelación y que, si necesito un baño, puedo encontrar los provisionales cerca del área de fumadores. Con toda la paciencia y una sonrisa en mi cara - porque en serio estaba pasando un muy buen momento - me doy la vuelta para buscar los baños... ¡Oh, sorpresa! Me separan del sector dos escalones, miro hacia la puerta correspondiente, los meseros me ven y pasan de largo. Haciéndome la idiota, me acerco a la mesa donde estaba sentado mi novio y me dice que vaya al baño que hay afuera del local, de los públicos... Así que no me hago drama y salgo feliz hacia el baño (sí, porque hacer pipi hace feliz a la gente). 

En el camino hacia este baño, una chica de la cafetería Juan Valdez va un poquito más adelante que yo y, al llegar al baño, veo que entra al de discapacitados... Sin querer, se vira y logra verme, así que acomedidamente me dice "buenas noches", le respondo con una sonrisa y sale del cubículo para meterse en uno de los "normales". Hago pipi y regreso a Sports Planet a seguir divirtiéndome.

En la mesa, donde me esperaba mi enamorado, le cuento la situación y se molesta un poco, entonces me pide que hagamos la prueba: ¿cómo reaccionaría el administrador del restaurante si le dijéramos que necesito ir al baño y que, como no puedo entrar, pueden venir a clausurarle el local?. Entonces se acercó al encargado del lugar y este comenzó muy amable a pedir disculpas por las remodelaciones y me ofreció que podía ir al baño público que se encontraba afuera. Mi enamorado le dice con un tono amistoso "pana, yo sé que no es tu culpa, pero si deberían tener en cuenta de hacer un baño para discapacitados... Porque si alguien les cae y no lo ve, puede clausurarlos"... ¿Respuesta? "La ley nos permite tener un baño a menos de 80 metros y el que está ahí afuera está a menos de eso". Strike one. NO PUEDES SALIR CON ESTE TIPO DE RESPUESTAS. Las disculpas eran suficientes, más que nada porque estábamos tratando de que tu restaurante no se perjudique. 

Luego de un rato, mi vejiga decide que es nuevamente hora de ir al baño, así que salgo del establecimiento, me acerco al baño público y, al llegar, me encuentro con que estaba ocupado. Decido no tocar la puerta y esperar a que la persona salga, y ¿adivina con qué me tope? Con una chica de unos 27 años, muy bien parada en sus tacos, recontra maquillada, lista para irse de fiesta y poniéndome cara de idiota. La miro con todo ese sarcasmo que me caracteriza y le digo "¿si sabes que estos baños no son para ti, no?"... Respuesta: "para ti tampoco"... Replico incrédula "¿disculpa? Esto sí es para mí". Respuesta: "no, porque yo aquí no veo tu nombre"... Y mientras se iba, meneando su larga cabellera le digo "¿eres bien perrita, no?". Desapareció. Strike two.

Regreso al restaurante, le cuento indignada a mi enamorado todo lo que estaba pasando y decido seguirme riendo (aunque por dentro me juré que si la encontraba le iba a decir "mis condolencias, no sabía que eras discapacitada mental"). Terminamos la noche, pedimos la cuenta y nos retiramos del lugar.

Mi auto me esperaba por una salida del centro comercial (eran las 21h30 aproximadamente), me acerco a la puerta y un guardia me dice que la puerta estaba cerrada - fue amable, eso no lo voy a negar - y le dije que necesitaba salir por ahí porque el carro me esperaba de ese lado. Me repite que esa puerta estaba cerrada y que podía mover el carro hacia la otra puerta para que me recoja. Le repito y le explico "no puedo salir por la otra puerta porque no hay cómo pasar hasta acá. Las veredas tienen unos cortes y escalones sin rampa que no me dejan llegar hacia el carro"... Repite que por eso me dice que muevan el carro hacia allá, que esa puerta estaba cerrada. Strike three. 

Me cabreé. Le dije que él, como parte de la seguridad tenía el deber de ayudarme y de abrirme esa puerta si era necesario. Él solo repetía que estaba cerrada... Así que le dije que me llame al supervisor. Se quiso hacer el idiota diciendo que estaban arriba ocupados, le dije que no me importaba y que lo llame. Lo llamó y mientras esperábamos seguía diciendo que esa puerta estaba cerrada. Sí, te entendí a la primera pero al parecer tú aún no entiendes que por algo eres seguridad y que tú obligación es ayudar a la gente. 

Llega el supervisor y antes que yo pueda decirle algo, él le dice "ábreme esta puerta, por favor"... No era ciencia, no tenía llave, era solo aplastar un botón y abrir. Tratando de calmarme antes de pisar con mi silla a este guardia, me acerco al supervisor y le digo "señor, por favor le ruego que tengan la amabilidad de capacitar mejor a su personal para que tengan la voluntad de ayudar". Me agradeció y me fui.

No estoy 100% orgullosa de mi actitud hoy... Pero sí estoy orgullosa de mi "¿hasta cuándo?". ¿Hasta cuándo vamos a tener que lidiar con este tipo de comportamientos? ¿Hasta cuándo vamos a tener que lidiar con respuestas que no solucionan las cosas? ¿Hasta cuándo permitimos un servicio o trato ignorante?

Si tú eres alguien que suele utilizar los baños o parqueos para las personas con discapacidad, no lo hagas... No es un privilegio que tenemos, no es un área VIP, no es que nos da pereza ir a otro baño o caminar un poco más... Es porque no podemos darnos ese lujo que tú tienes para utilizar tus piernas, tus fuerzas, tus manos, tus ojos. Estos lugares no se supone que son para hacer pipi o caca cómodamente, para eso está tu casa; tampoco son parqueos de alfombra roja. 

Todos los días, TODOS, tenemos que sacar fuerzas de donde no hay para levantarnos. Tenemos que lidiar con hinchazones de piernas, dolores musculares, dolores de articulaciones y hasta dolores de cabeza porque a veces no podemos alcanzar alguna cosa o no la podemos ver. Somos personas que nos demoramos más desabotonando nuestros pantalones, parqueando nuestro carro, subiéndonos en una silla de ruedas... Nos demoramos más hasta limpiándonos la nalga (y sorry por lo gráfica, pero es la verdad). Lo que tú, persona sin discapacidad, haces en 15 minutos, nosotros lo hacemos en 45 porque cada movimiento es molestoso y debe ser calculado para evitar un accidente. ¿Y esas pocas facilidades que podemos tener, nos las quitan? ¿Es justo?

Entonces... Aquí es dónde demando. Demando mis derechos como persona discapacitada, demando los parqueos que nos corresponden, los baños que necesitamos, demando que se multen a las personas que se aprovechan de lo que no les pertenece. Demando que los profesores actuales enseñen, de alguna forma u otra, a respetar estas pequeñas cosas que significan muchísimo para quienes las necesitan. Demando que haya un control en los lugares abiertos al público y que se hagan respetar. Demando que a todas las personas que trabajan en recursos humanos, seguridad, servicio al cliente y demás, hagan conciencia de estas situaciones y las apliquen ellos mismos.

Amo a mi país, amo a mi gente... Pero cuando me topo con situaciones como las de hoy, solo me provoca irme de aquí, porque sé que en otros países pudiera encontrar un mayor respeto hacia mí y hacia todos los que tenemos estos problemas. Por suerte, llevo una vida bastante manejable... Pero hay mucha gente que no tiene los medios para moverse con una mayor facilidad... Y por eso reclamo, porque no soy una... Somos miles... Y hoy me di cuenta de cuánto aprendizaje y voluntad de ayuda le falta a mi país.